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martes, 30 de noviembre de 2010

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático en Cancún, México, empezó este lunes con presión para cerrar un acuerdo

Mariana Diaz, enviada del British Council

En su discurso inaugural, el Presidente mexicano Felipe Calderón recordó el huracán del año pasado en México, las inundaciones en Pakistán y los incendios en Rusia hace unos meses.

De esta manera, instó a los negociadores de los casi 200 países participantes de la ronda de negociaciones de Cancún a cerrar acuerdos, “por el bien de nuestros hijos y nietos”.

“El cambio climático está teniendo muy graves consecuencias para nosotros y para todo el planeta”, afirmó Calderón. “Esto significa que no estaremos solos negociando aquí, sino que estarán a nuestro lado miles de millones de seres humanos que desean que ustedes trabajen para toda la humanidad”, señaló Presidente.

Apoyando la postura de Calderón, la Canciller mexicana y recientemente electa Presidenta de la Conferencia, Patricia Espinosa dijo: “Es tiempo de realizar un esfuerzo común antes de que sea demasiado tarde”.

Luego del discurso del presidente, la Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, Christiana Figueres, se dirigió al público: “los gobiernos han mostrado un creciente acuerdo sobre la posibilidad de lograr un paquete equilibrado de decisiones en Cancún. Y agregó: “Al mismo tiempo, hay varios asuntos de carga política que tienen que resolverse para poder lograr dicho resultado. Uno de los principales es cómo avanzar en términos de mitigación. En lo que va del año 2010, todas las 37 naciones industrializadas y 42 países en desarrollo, incluyendo a las más grandes economías emergentes, presentaron sus objetivos y acciones voluntarias para reducir o limitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Estas promesas de mitigación tienen que formalizarse con urgencia”.


Según Figueres, los países desarrollados han demostrado en el transcurso de 2010 el compromiso de cumplir con el financiamiento de arranque rápido prometido en 2009. Dichos países anunciaron promesas que suman un total de 28 mil millones de dólares y muchos de ellos están proporcionando información sobre el desembolso de estos fondos.

Los asuntos de carga política incluyen, además, la importancia de tener claridad sobre la continuación del Protocolo de Kyoto, así como la continuación de los compromisos del sector privado a través de los mecanismos de mercado del Protocolo de Kyoto.

“Cuando es mucho lo que está en juego y los temas son desafiantes, el compromiso es un acto de sabiduría que puede unir diferentes posturas de manera creativa”, señaló Figueres, y agregó: “El resultado tiene que ser a la vez firme y digno de confianza y debe tener un delicado proceso de seguimiento para futuros trabajos”.

Y así transcurrió el primer día de negociaciones. Sólo el tiempo mostrará si las palabras se transforman en acciones o se pierden en el viento.

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