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domingo, 1 de noviembre de 2009

La era de las consecuencias


Como si se tratara de una sorpresa Argentina atraviesa una crisis ambiental sin precedentes. Tal vez de seguir así, en unos pocos años el país que fue considerado potencia y granero del mundo, mendigue comida por la afectación de todos sus ambientes. Nueve provincias en emergencia hídrica, sequías, inundaciones e incendios al mismo tiempo dejan al desnudo la falta de políticas sustentables.
Un mapa de crisis puede recorrerse con situaciones que muestran la cara feroz del cambio climático pero también de la imprevisión del hombre. Mientras en Córdoba reubican el ganado por la sequía que amenaza con matarlos de sed, en Paraná los trasladan por las inundaciones que pueden ahogarlos. La distancian entre ambas provincias es insignificante. El martes último a la noche, en Tostado, hacía 45 grados, a las siete de la mañana los pobladores despertaron con 13, lo que marca un descenso en la temperatura de más de 30 grados en unas pocas horas. En ese mismo pueblo, la supervivencia de 20 mil personas y 100 mil cabezas de ganado está en grave riesgo. No hay agua. Esta es la sequía más grande de los últimos 100 años.
Según el Dr. Pablo O. Canziani, Director del Equipo Interdisciplinario para el Estudio de Procesos Atmosféricos en el Cambio Global (PEPACG), Pontificia Universidad Católica Argentina, hay varias causas que provocan la crisis: “El desmonte y la sojización empeoraron las cosas en los últimos años. Debido a los cultivos de soja, que no necesitan mucha humedad, el suelo quedó afectado”.
En General Cabrera, al sur de Córdoba, murieron 40 mil gallinas de la compañía Ponedoras del Sur. La causa: el intenso calor, que superó los 40 grados, y transformó a los techos de zinc es una trampa mortal.
Al calor agobiante y a la sequía que afecta a Córdoba, se sumaron los incendios forestales. El lago San Roque está afectado, y su nivel de agua baja cinco centímetros por día. El dique de Carlos Paz estuvo siete metros por debajo de su nivel habitual.
En la provincia de Chaco, unos 200 kilómetros separan dos realidades muy diferentes. En el este, los lugareños deben abandonar sus viviendas debido a las inundaciones provocadas por el río Paraná. El nivel del río ha crecido notablemente, con alturas entre los 7 y los 23 metros en la provincia de Misiones, y entre los 3 y los 7 metros en las provincias de Santa Fe, Chaco, Corrientes y Entre Ríos, de acuerdo a los registros difundidos por la Prefectura Argentina. Al mismo tiempo, en el sector centro y oeste de la provincia, la sequía provoca estragos.

Para Canziani el tema de la deforestación es parte de una lógica. “El tema de los desmontes es peor. Si sacás pastizales para poner cultivo, cambia el tema de cómo se retiene el agua, porque al desmontar, perdés la regulación del agua por el pastizal. Mientras la Argentina tenía seca el año pasado, hubo un período húmedo en Brasil. Y como hay desmontes, esa agua baja más rápido, porque nada la retiene” dijo el científico.
La mayoría de las actividades humanas se desarrollan sin contemplar sus consecuencias. La agricultura y la ganadería en Brasil, los desmontes en el norte y el Amazonas, son sólo algunos ejemplos. Durante mucho tiempo, esto pasó más o menos desapercibido. Pero el abuso hizo que estemos entrando en la etapa de las consecuencias.
Mariana Diaz

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